Diferencias entre el viejo pacto "La ley" y el nuevo pacto "La Gracia"
- phugo
- 23 nov 2016
- 3 Min. de lectura

Bajo el viejo pacto de la ley Dios exigía justicia y rectitud del ser humano.
Bajo el nuevo pacto de la gracia Dios imparte justicia y rectitud al hombre a través de la obra cumplida por Jesús (Romanos 4:4-5)
Bajo el viejo pacto de la ley Dios visitará tus pecados hasta la tercera y cuarta generación (Éxodo 20:5).
Bajo el nuevo pacto de la gracia Dios no se acordará nunca más de tus pecado. (Hebreos 8:12 1O:17).
Bajo el viejo pacto de la ley los hijos de Israel recibían bendición solo si obedecían a la perfección los mandamientos de Dios, en lo exterior y lo interior (Deuteronomio 28:13-14).
Bajo el nuevo pacto de la gracia los creyentes no tienen que depender de sus propios esfuerzos para recibir las bendiciones de Dios porque Jesús cumplió con cada uno de los requisitos de la ley, por ellos (Colosenses 2:14).
Bajo el viejo pacto de la ley depender del propio esfuerzo produce cambios de conducta sin transformación del corazón.
Bajo el nuevo pacto de la gracia contemplar el amor de Jesús y su obra cumplida produce una transformación interior que da como resultado buenas obras motivadas por el amor de Dios (2 Corintios 3:18).
Bajo el viejo pacto de la ley los sacrificios con sangre de animales cubrían los pecados de los hijos de Israel durante solo un año y el proceso debía repetirse cada año (Hebreos 10:3).
Bajo el nuevo pacto de la gracia la sangre de Jesús ha quitado los pecados pasados, presentes y, futuros de los que creen en El, completa y perfectamente, de una sola vez y para siempre (Hebreos 10:11-12).
Bajo el viejo pacto de la ley la obediencia a la ley no podía darles a los hijos de Israel poder para dejar de pecar, y en efecto, no se los daba. La ley no tiene poder para hacer que nadie pueda ser santo, justo y bueno.
Bajo el nuevo pacto de la gracia el pecado no tiene dominio sobre los creyentes (Romanos 6:14) porque el poder de Jesús para vencer la tentación obra cuando los creyentes son conscientes de que son hechos justos en Cristo, aparte de sus obras (Romanos 4:6).
Bajo el viejo pacto de la ley se les robaba a los hijos de Israel su confianza en la bondad de Dios porque siempre estaban mirándose a sí mismos para ver si obraban bien o mal (es decir estaban conscientes de sí mismos).
Bajo el nuevo pacto de la gracia los creyentes pueden tener enorme confianza y seguridad en Cristo porque miran a Jesús y no centran la mirada en sí mismos (es decir, son conscientes de Cristo).
Bajo el viejo pacto de la ley los hijos de Israel no podían tener una relación intima con Dios porque su falta de justicia y rectitud interponía distancia entre ellos y Dios.
Bajo el nuevo pacto de la gracia los creyentes pueden disfrutar de una relación intima con Dios como Padre suyo porque son hechos justos por la fe en Jesús ( 2 Corintios 5:17; Romanos 5:7- 9; Hebreos 10:10).
Bajo el viejo pacto de la ley los hijos de Israel no podían ingresar en el Lugar Santísimo (donde estaba la presencia de Dios) Solamente podía entrar el sumo sacerdote, y nada más que una vez al año, el Día del perdón o la propiciación (Levítico 16:2,14).
Bajo el nuevo pacto de la gracia los creyentes no solo pueden entrar en la santa presencia de Dios, sino también pueden acudir con confianza a su trono de gracia para encontrar misericordia y favor en tiempos de necesidad, gracias a la perfecta propiciación y perdón de Jesús (Hebreos 4:16).
Bajo el viejo pacto de la ley los hijos de Israel estaban bajo el ministerio de la muerte (2Corintios 3:7).
Bajo el nuevo pacto de la gracia los creyentes están bajo el ministerio de la abundante vida de Cristo (2 Corintios 3:6; Juan 10:10).
Bendecidos!!
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